Siempre me han fascinado los trabajos de Miguel Yunquera , nostálgicos testigos del paso del tiempo en miniatura; fachadas de comercios que no volverán...y me fascinó su idea de reproducir la fachada del Cinema Paradiso en cuanto la vi, hace ya muchos años. Os recomiendo que os déis una vuelta por su web, no se prodiga en ferias pero hace unos trabajos maravillosos.
La excusa perfecta para una miniatura "a la Miguel Yunquera" me la dieron los Reyes, que siempre dan para un proyecto complejo que luego se regala. Un amante del cine que recuerda no sólo todas las películas que ha visto, sino también en qué cine las vio, merecía este tipo de regalo. Y si bien sospesé la idea de recrear yo también el Cinema Paradiso, al final pensé que ya estaba hecho, por la mano del maestro, y que valía la pena que buscara un proyecto propio. Opté por un cine de Barcelona que estuviera cerrado, y cuya fachada no fuera especialmente barroca, y al final me decidí por un cine de mi barrio, el Niza. Hace ya bastantes años que cerró, pero se mantuvo como sala de baile, y al final parece ser que van a instalar un supermercado en él.
La escala elegida tuvo que ser la 1:48, ya que apreciamos nuestra casa y no queríamos salir de ella para que entrara el cuadrito de marras...
La cosa empezó con fotos, propias y sacadas de internet, un dibujo a escala, una visita al cine durante la que medí con pies el ancho de la fachada (truco aprendido de David Iriarte, otro maestro, insultantemente joven por cierto...)...en fin, cuando empezaban a mirarme raro pude irme con la seguridad de tener unas medidas ciertas.
El siguiente paso fue trasladar mi dibujo a un tablón de DM, y pintar los huecos de las ventanas con negro pictórico, que se obtiene mezclando azul ultramar y marrón siena.
En la foto grande podéis ver como queda la fachada a medio aplicar una capa de gesso, para unificar. En las ventanillas había puesto ya el acabado definitivo, con los carteles de la última película que se proyectó (Million Dollar Baby) y también acetatos protegiendo las ventanas, la entrada y las propias ventanillas, que se pegaron antes de poner las piezas de madera que les hacían de marco, claro está.
Después del gesso, tocó pintar la fachada; hasta la mitad en gris, y de la mitad para arriba en beige, tal como está la original. Poner las letras, de cartón pluma, y el anuncio de la película, así como unas piezas de metal en la puerta. Y a partir de ahí, ensuciar y envejecer. Hay que decir que, como el cine se siguió utilizando hasta hace poco como sala de baile, y como está en una calle de poco tráfico, no está tan sucio como lo he dejado yo...
El ensuciado lo hice con pasteles, y también con el kit de efectos especiales de Materiales para miniaturas, que está de oferta durante el mes de febrero.
Se trata de fijarse en dónde se ensucia la fachada de modo natural (rincones, huecos donde no entra el viento ni la lluvia, churretones de caída de lluvia, alguna caca de paloma...), y en qué colores (marrones y grises, sobretodo).
La excusa perfecta para una miniatura "a la Miguel Yunquera" me la dieron los Reyes, que siempre dan para un proyecto complejo que luego se regala. Un amante del cine que recuerda no sólo todas las películas que ha visto, sino también en qué cine las vio, merecía este tipo de regalo. Y si bien sospesé la idea de recrear yo también el Cinema Paradiso, al final pensé que ya estaba hecho, por la mano del maestro, y que valía la pena que buscara un proyecto propio. Opté por un cine de Barcelona que estuviera cerrado, y cuya fachada no fuera especialmente barroca, y al final me decidí por un cine de mi barrio, el Niza. Hace ya bastantes años que cerró, pero se mantuvo como sala de baile, y al final parece ser que van a instalar un supermercado en él.
La escala elegida tuvo que ser la 1:48, ya que apreciamos nuestra casa y no queríamos salir de ella para que entrara el cuadrito de marras...
La cosa empezó con fotos, propias y sacadas de internet, un dibujo a escala, una visita al cine durante la que medí con pies el ancho de la fachada (truco aprendido de David Iriarte, otro maestro, insultantemente joven por cierto...)...en fin, cuando empezaban a mirarme raro pude irme con la seguridad de tener unas medidas ciertas.
El siguiente paso fue trasladar mi dibujo a un tablón de DM, y pintar los huecos de las ventanas con negro pictórico, que se obtiene mezclando azul ultramar y marrón siena.
Parece una tontería, pero el negro así obtenido es más real que si pintamos simplemente de negro.
Acto seguido, realicé los volúmenes de la fachada con madera de balsa. Es fácil de cortar con un cúter, y no pesa casi nada, de manera que no añadía peso a una pieza que iba a ir colgada de la pared.
Después de los volúmenes, vinieron los otros elementos decorativos; los rectos están hechos con listones o con maderas específicas para enmarcar en miniatura, y los no rectos con pasta de secado al aire. Se trata de las guirnaldas, las máscaras de la comedia y la tragedia, las ménsulas y demás. Como había columnas y otros elementos con estrías, apliqué un viejo truco: espaguetis! En este caso son de colores, porque sólo tenía de los que son enriquecidos con verduras....
En la foto grande podéis ver como queda la fachada a medio aplicar una capa de gesso, para unificar. En las ventanillas había puesto ya el acabado definitivo, con los carteles de la última película que se proyectó (Million Dollar Baby) y también acetatos protegiendo las ventanas, la entrada y las propias ventanillas, que se pegaron antes de poner las piezas de madera que les hacían de marco, claro está.
Después del gesso, tocó pintar la fachada; hasta la mitad en gris, y de la mitad para arriba en beige, tal como está la original. Poner las letras, de cartón pluma, y el anuncio de la película, así como unas piezas de metal en la puerta. Y a partir de ahí, ensuciar y envejecer. Hay que decir que, como el cine se siguió utilizando hasta hace poco como sala de baile, y como está en una calle de poco tráfico, no está tan sucio como lo he dejado yo...
El ensuciado lo hice con pasteles, y también con el kit de efectos especiales de Materiales para miniaturas, que está de oferta durante el mes de febrero.
Se trata de fijarse en dónde se ensucia la fachada de modo natural (rincones, huecos donde no entra el viento ni la lluvia, churretones de caída de lluvia, alguna caca de paloma...), y en qué colores (marrones y grises, sobretodo).
El enmarcado me lo hicieron en un taller que hay cerca de los Encants Vells, profesional y económico. Fue complicado porque, para salvar la altura, hubo que sumar dos marcos.
Como anécdota, hay un pequeño error de fechas, a ver si sabéis detectarlo..
Espero que hayáis disfrutado de este paso a paso tanto como yo haciéndolo.
1 comentario:
Me encanta!!!Te ha quedado una fachada muy realista,me hubiera encantado verte medir pié a pié,pero pensaran lo que pensaran al verte,el resultado ha valido la pena!!
Yo también soy admiradora de los trabajos de Miguel.
Besos.
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