En todas las familias hay una especie de Shan-gri-la al que se quiere volver. En el caso de la familia de mi marido, se trata de la casa que sus abuelos tenían en la calle Doctor Valls, en el barrio del Guinardó. El abuelo asesoraba a todos e intentaba ayudar a quien podía, y su despacho, anclado en la mitad del siglo pasado pero con detalles de los 60 y 70, era una de las habitaciones más recordadas. Cuando apareció un reloj que no funcionaba procedente de esa casa, decidí aprovechar el frontal para recrear el despacho.
Este es el montaje de la caja; cualquier cosa sirve para mantener las paredes rectasY este es el frontal, desprovisto de adornos; el hueco lo cortó un carpintero. No fue difícil porque era contrachapado.
Estos eran los adornos del reloj, de nuevo en su posición original.
El mobiliario es todo de Mxm, teñido en color nogal y barnizado. Como sólo tenía dos sillas hice la tercera a partir de piezas de madera. También hay un escritorio y una estantería acristalada.
El techo, con molduras de madera y piezas de yeso, pintado todo de blanco para simular las decoraciones de escayola.
El suelo es un imprimible, y la pared está sacada de una página de papel pintado vintage. Aquí se aprecia la librería, con los libros que son también imprimibles.
Detalle de la cortina y la lámpara; no es funcional, sólo decorativa, hecha con abalorios y pintada de dorado.
Aquí vemos dos fotos del conjunto acabado, con distintas luces. En cada una se ilumina una parte de la escena. La mesa y las sillas están ligeramente escoradas para que se vean los cajones del escritorio. La lámpara de pie es de fimo.
Y un detalle del despacho, con la máquina de escribir de fimo.
2 comentarios:
Me encanta el marco,cada objeto del despacho es genial,el resultado es una gran escena y se nota el cariño que le has puesto al hacerla con tus recuerdos de niñez!!!
Besos.
queda preciosa, es un gran trabajo
un abrazo
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